viernes, 30 de julio de 2010

La guardería de mis demonios.

Este debería ser el prólogo de bienvenida, presentación, sentidas disculpas, explicación al porqué de escribir, etcétera; así que ahí va. Este territorio bloggeriano es fundamentalmente para decir (y maldecir) lo que mi mente barroca y bulliciosa clama por vomitar. Y como será un espacio perfectamente mío, egoísta y perverso, doy rienda suelta a mis alter egos, manías, frustraciones, y demás placeres. Será mi buffet de banalidades.



Caballito (Fotógrafa: Pau)
       Sobre la constancia del blog no estoy muy segura, tal vez lo descuide por lapsos indefinidos, pero nunca lo abandonaré. ¿Cómo podría, si es la letrina de mis pensamientos? Perdóname, Blog. No quise ser rebajarte a ese punto, déjame corregirlo: Eres la guardería de mis demonios. De aquí en adelante serás mi diario ficticio, con personajes reales e inventados, o reinventados. Ya se verá. Voy a jugar con las palabras, jugar con mi lector (si llega a haber, no soy tan pretenciosa), pero sobre todo voy a jugar conmigo; me voy a revolcar en el lodo y salir intacta.


      A manera de epígrafe: Miento para crear.