
Aquí debería estar tu nombre
Pienso que esa elisión del nombre disimula al destinatario, pero no la ausencia. La nostalgia me recuerda que aquí debería estar a quien invoco; pero a riesgo de contravenir las leyes de espacio-tiempo, tan sólo lo nombro.
Conocí a un hombre que nunca dejaba que le sorprendieran las lágrimas surcando sus mejillas. Lloraba a través de sus versos. El día que lo hiciera abiertamente con los ojos, me decía, dejaría de escribir: su hacer no tendría razón de serlo. Si tú aparecieras al nombrarte, no te llamaría más, o mejor dicho, tu nombre sería diferente. Los mismos sonidos de mi boca significarían dos distintos: uno ausente y uno presente.
A veces me tropiezo con una palabra y al momento se labra un callejón donde irá a parar, junto a otros tropiezos. Aparece una frase, y te pienso a ti, o a otro.
Aquí deberías estar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario