domingo, 1 de agosto de 2010

Diario de mi alter ego

Hoy tengo ganas de ser una señora "fina", frustrada y vanidosa. Me voy a poner mis Jimmy Choo para poner a talonear, con tacones, mi lado burgués.


Queridísimo diario:

Ufff… cómo empezar… si a mí ni me gusta escribir. Pero le juré a Regina que iba a escribir en la libretita que me regaló. Nada más porque es Hermes y el estampado está muy mono no la voy a desperdiciar. Ayer la muchacha me pidió una hojita para anotar el mandado y la muy fina le echó mirada a la libretita. Cómo cree que voy a estar arrancando una fina hoja al regalo de cumpleaños de mi hija sólo para que la señorita no se le olvide que tiene que comprar huevos y harina para hot cakes… ni que fuera qué. ¡Ay! Los corajes que tengo que pasar. Ya ni la muelan. Anoche mientras celebrábamos mi cumpleaños la muchacha se le olvidó que teníamos finos invitados y se le ocurre pasar servilletas de papel. La cara de vergüenza que se me pintó cuando le tuve que indicar frente a todos que las cambiara por las de seda bordada. ¡Ay! Ya ni quiero recordar mi cumpleaños. Vane, la muy canija, me regaló unas cremas buenísimas para las arrugas… le agradezco el gesto porque son caras y difíciles de encontrar, pero me sentí más vieja que nunca. Andrea se ve que buscó mi regalo a último momento, esa lámpara juro que ya la había visto en su sala el otro día (por cierto no le iba a la decoración, seguro por eso me la dio), y eso explica que ni tuviera etiqueta. Para mí que alguien más se la regaló y como no le gustó me la aventó a mí. Ashhh… no soporto a esa mujer, pero es la esposa de Alfredo, el socio de Roberto, y ni modo, tengo que aguantarla. Carlita fue más elegante con su regalo. Amé la bufanda burberry que combina con las botas que me acabo de comprar, y ahora que vienen los fríos… La que se pasó de igualada fue Roxana: la rejija gritando frente a todos “¡que abra sus regalos!” Y cuando abrí el suyo me fui encontrando un baby doll (de Karina Rabolini, precioso) que tuve que esconder avergonzada al fondo de la caja. Esa noche Adolfo me dijo que quería ver cómo me quedaba, y lo mandé a volar. “Mañana mismo lo regreso” me dije, pero la verdad es que un regalo tan fino no se regresa así como así. Como sea… esa noche me divertí bastante. Mis hijos estuvieron muy guapos y bien portados, y lo que más me agradó fue mirarle la cara envidiosa a Andrea cuando supo que mi Adolfito está en el colegio Las Hayas… y sus hijos siguen en esa de gobierno que está por el cinema Pepe… pero eso sí, siente que porque su casa está también en Las Ánimas, estamos al mismo nivel. Si no fuera mujer de Alfredo… Bueno, bueno diario, ya te dejo por hoy. Mañana tengo que llevar a Ximena y a Regina a la escuela y tengo que pararme dos horas antes para alaciarme el pelo. Hasta mañana. XOXO.
Diamond Dust Shoes

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