domingo, 29 de agosto de 2010

Un no sé qué de qué se yo

Foto de Pau
Tengo hambre de mí. Voy a morderme las uñas una por una, disfrutando su crujir como se disfruta el crujir de las cucarachas al ser pisadas. Voy a masticar mi ser hasta que me duela la carne y arda el tacto. Voy a sedarme con saliva añeja y voy a dejar de sentir. Voy a morder hasta llegar a los dedos, la semilla de los dedos, los huesos triturados. Mis manos dejarán de ser mías y serán de mi boca, las muñecas cosquillearán en mi garganta como erótico preludio del placer. Seré una Venus antigua, mutilaré mis pechos, mi vientre y mis piernas. Seré un ser asexuado, medio ser. Husmearé en mi cuello y saborearé cual caramelo el lóbulo de mis orejas. Seré calva, sorda, incapaz de oler. Voy a cerrar mis dientes sobre el último beso y mi lengua acariciará lo que quede de mí. Voy a saciarme de mí. Sólo mis ojos quedarán para ver(¿me?). Voy, voy, voy.

3 comentarios:

  1. o, como un piano sin dientes, como un tranvia llamado asombro... así me quede. Me gustó mucho, no comento nada, sólo felicitaciones, bonita imaginación, costilla intacta la de algun@s...

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  2. Fue una cosa rara, después de escribirlo me quedé unos segundos hueca. Me comí, literal y literariamente. La antropogagia como tema del erotismo me fascina y quise intentar algo semejante.

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